Don Rogelio vende paletas de hielo cerca de donde se ubica la casa de mis papás. El clima en este momento no le favorece mucho para que sus productos se vendan y lo poquito que gana no le alcanza para llevar el sustento a su casa. Esta semana se acercó con un vecino para pedirle prestados 100 pesos para comprar un poco de queso y tortillas. "Mañana se los pago, mañana ya me hacen un pago de unas cosas y se los devuelvo", le oigo decir.
A la mañana siguiente, don Rogelio llegó a casa del vecino para saldar la deuda y dejarle, además, una bolsita con paletas de hielo en agradecimiento por el préstamo. "Compramos unas cartulinas para anunciar la venta de las paletas y como sí cayó clientela, pues aquí le traigo unas paletitas en agradecimiento", dice don Rogelio.
Las ganas de trabajar no se van y se notan. Los mexicanos y mexicanas, dicen por ahí, hacen de todo para salir adelante y aunque muchos indiquen que no hay trabajo, la muestra la pone Ángel Medina, un hombre de 44 años que en su desesperación al no encontrar trabajo, escribió a mano su currículo, recibiendo como respuesta hasta 30 ofertas de trabajo.
Pegó las hojas por las calles de su colonia
De acuerdo a Multimedios, Ángel Medina tiene 44 años y es originario de Hermosillo, Sonora. Luego de perder presuntamente a su hijo y al poco tiempo después, su trabajo, se encontró en una situación económica bastante compleja que lo orilló a buscar trabajo de la manera convencional, sin éxito alguno.
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Fue entonces que se le ocurrió escribir a mano su currículo con todas las actividades que sabe hacer, aunado a su número telefónico y su nombre, para que lo localicen de la manera más fácil y rápida posible. "Busco trabajo en rancho, tengo experiencia en el manejo de ganado, también sé capar, ordeñar, hago queso y domo potros. Mi nombre es Ángel Medina, de 44 años, sin malos vicios".
Según medios locales, Medina comenzó a pegar cada una de las hojas en las que escribió a mano su currículo y las pegó en los postes que se encontraba a su paso en las calles de Hermosillo, Sonora, sin saber que iba a encontrarse con una grata respuesta.
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