Los tiempos de Taddei Zavala

Guadalupe Taddei Zavala llegó a la presidencia del INE por el método de la tómbola

La madrugada del 31 de marzo, Guadalupe Taddei Zavala, fue “elegida” como nueva presidenta consejera del Instituto Nacional Electoral (INE) por la Cámara de Diputados. En realidad, llegó por el método de la tómbola, que tiene un nombre menos gravoso en el mundo político: insaculación.

Cursó sin titularse, la licenciatura en administración pública por la Universidad de Sonora y con 23 años al interior de la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei forma parte de una familia claramente lopezobradorista.

En octubre de 2014, llegó como consejera presidenta del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Sonora por siete años, y a la hora de su insaculación, dirigía el Instituto Sonorense de Transparencia.

Guadalupe Taddei es prima de Jorge Taddei Bringas, coordinador estatal de Programas Sociales del gobierno federal en Sonora y es tía de Pablo Taddei Arriola, director de la paraestatal Litio para México.

El caso de Jorge Luis Taddei Bringas es por lo menos, curioso. Nacido en Cananea, este ingeniero en sistemas por la Universidad de Sonora, es doctor en ingeniería sustentable por la Universidad Autónoma de Baja California.

Durante 35 años dio clases en la Universidad de Sonora, hasta que, en 2018, López Obrador lo nombró delegado estatal de programas integrales de desarrollo y ahí sigue hasta la fecha.

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No menos interesante es el caso de Pablo Daniel Taddei Arriola, quien es director de una empresa del Estado, Litio para México. Ingeniero industrial y maestro en Sistemas Sustentables por la Universidad de Sonora, cursó el doctorado en salud medioambiental en la Universidad de Harvard, aunque se ignora si finalmente obtuvo el grado, considerando que lo inició en 2018.

Jorge Luis Taddei trabajó largamente en una maquiladora, Tico Electronics, al tiempo que daba alguna clase en su alma mater, en la licenciatura de ingeniería industrial. Por una temporada trabajó para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el programa de Desarrollo Sostenible del Planeta.

A estas personas habría que agregar hijos y sobrinos que también están involucrados en Morena, ya sea en forma de diputaciones o de cargos partidistas.

Con semejantes antecedentes, es evidente que hay un conflicto de interés en el caso de Guadalupe Taddei Zavala, quien tiene numerosos motivos por los cuales debe preservar la gracia de López Obrador.

Si se mantiene en el cargo, Taddei Zavala tendrá dos elecciones presidenciales por delante, las de 2024 y las de 2031. Si las del año próximo suponen el potencial Maximato de López Obrador, las de 2031 serían el punto disruptivo entre la articulación de la oposición o la continuidad del tabasqueño, vía alguien aún no visible.

Si no se tiene certeza de quien será el candidato definitivo de López Obrador para 2024, menos se sabe quien podría ir en el siguiente sexenio. Con todo, es evidente que, si alguien tiene los controles del aparato central del INE, es un hecho que éste experimentará un terremoto en un lapso inscrito en el mediano plazo.

En su momento, el “Plan B” de reforma electoral propuesto por López Obrador planteó la reestructuración del INE que, entre otras cosas suponía la liquidación de no pocos trabajadores expertos en lo electoral.

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Tales trabajadores expertos integran las Juntas Locales Ejecutivas, que funcionan en todas las entidades federativas y de paso, se daría la eliminación de los consejos distritales, impactando directamente a las áreas de Organización y del Registro Federal de Electores (RFE).

Si bien es cierto que la reforma atendida no modificaba las facultades del INE para integrar el padrón y la lista nominal de electores, sí metía mano a los procesos de organización electoral, incluyendo iniciar el cómputo de votos a partir de las 18:00 horas del día de la elección, lo de facto señalaba el fin del Programa de Resultados Electorales Preliminares. (PREP).

En la misma condición de gravedad se consideraba eliminar la Junta General Ejecutiva (JGE), ente que señala el presupuesto a ejercer y los criterios de organización electoral, proponiendo sustituirla con una Comisión de Administración con cinco consejeros.

No podía faltar el que desapareciera el fideicomiso para cubrir pasivos laborales y el que atiende la infraestructura inmobiliaria del Instituto.

También se consideraba dejar 260 consejos distritales de los 300 actuales y agregan los 40 restantes cuando se dieron elecciones.

La llegada de Guadalupe Taddei Zavala a la presidencia del INE da margen para pensar en una obviedad: si por fuera no pudieron dinamitar la estructura que le ha dado certeza a las elecciones en las últimas décadas, puede hacerse por dentro.

No deja de llamar la atención que alguien que llegó a la Presidencia de la República por la certeza de las urnas, haga todo lo posible por eliminar a esa estructura que le permitió alcanzar el poder.

Son los tiempos ominosos en los que la autocracia se deja ver y donde queda claro que siempre se puede encontrar un resquicio para impactar a la democracia, esa que ha costado vidas, dinero y tiempo para un país convulso.

*JR