A partir del análisis de la conjunción que realizado la semana pasada, algunos de mis lectores me pidieron abordar lo que se llaman comúnmente los dequeísmos y los queísmos.
Uno de los errores que cometemos con mucha frecuencia al escribir, es el uso indebido de la preposición de y de la combinación que tiene con la conjunción que.
El uso del dequeísmo se presenta cuando indebidamente a la conjunción que le precede la preposición de. Veamos por ejemplo la siguiente oración: “Pienso de que es importante dialogar”. Aquí, el uso de la preposición de es incorrecto. Existe un pequeño truco para poder solventar esta duda. Para eso es necesario transformar la frase en una pregunta. Por ejemplo: ¿Qué pienso? No podemos decir ¿De qué pienso? porque en ese caso la preposición de saldría sobrando. La respuesta lógica sería: “Pienso que” y no “Pienso de que”. Se le conoce entonces como dequeísmo al uso incorrecto de la preposición y la conjunción de que cuando no es necesario.
Existe otro truco para poder saber cuándo cometemos el error de usar el dequeísmo. El truco es sustituir el resto de la oración por la palabra eso. Veamos el siguiente ejemplo: “Pienso de que es necesario buscar una solución”. Si la oración se entiende al decir “Pienso eso” entonces el de que debe desaparecer inmediatamente. Así, la oración correcta es: “Pienso (eso) que es necesario una solución”, ya que no se puede decir: “Pienso de eso”. Veamos otro ejemplo: “Me temo de que vas a enfermar”. La respuesta es: “Me temo (eso) que vas a enfermar. En estos ejemplos, la preposición de sale sobrando.
El fenómeno contrario al dequeísmo es el queísmo que sucede cuando se suprime la preposición de cuando en realidad sí la necesita. Veamos la siguiente frase: “No cabe duda que la gente es buena”. En esta oración hemos suprimido la preposición de indebidamente. Podemos de igual forma preguntarnos: ¿De qué no cabe duda? La respuesta es: “De que la gente es buena”, sería la respuesta. Así, la oración completa sería: “No cabe duda de que la gente es buena” e incluye la preposición de.
Veamos otros ejemplos. “Me acuerdo que eras muy travieso”. Si transformo la oración en pregunta como en el caso anterior preguntaría: ¿De qué me acuerdo? “Me acuerdo de que eras muy travieso”, es la forma correcta.
Veamos otro ejemplo: “Me alegro que haya renunciado ese profesor”. Se vuelve a transformar la oración en pregunta. ¿De qué me alegro? La oración bien escrita sería: “Me alegro de que haya renunciado ese profesor”.
El mismo truco que utilizamos para saber si suprimimos el dequeísmo obra de igual forma para el queísmo. Es decir, sustituyendo el resto de la oración por la palabra eso. Veamos este ejemplo: “Me acuerdo que de pequeño te gustaba jugar a las escondidillas”. Nuevamente, aquí la oración correcta es: “Me acuerdo de (eso) que de pequeño te gustaba jugar a las escondidillas”. Entonces aquí la preposición de es obligatoria. Veamos otro ejemplo: “Estoy seguro que a partir de ahora vas a poner atención a las preposiciones”. ¿De qué estoy seguro? “Estoy seguro de (eso) que a partir de ahora vas aponer atención a las preposiciones”.
*IC