Luego de que se propuso reducir las horas de trabajo a nivel nacional, diversos sectores formales del país han intensificado un debate, sobre todo la iniciativa privada, pues los empresarios advierten aumentos en la inflación y mayores costos si la medida se aprueba.
Cabe resaltar que, en el Congreso de la Unión, donde se discute la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT), ha surgido resistencia a esta iniciativa, argumentando que cualquier cambio debe implementarse de forma gradual.
Por su parte, legisladores y empresarios buscan evitar situaciones como la ocurrida con la reforma relacionada con el proyecto “Vacaciones Dignas”, que extendió de 6 a 12 el número de días de descanso obligatorio.
La nueva iniciativa propone limitar la jornada laboral a 40 horas semanales, estableciendo descansos a partir del viernes por la tarde y dos días de descanso obligatorio. El objetivo central de esta reforma es mejorar las condiciones laborales, aumentar la productividad y garantizar un descanso adecuado para los empleados.
De acuerdo con datos recientes de la OCDE, México es el país con más horas de trabajo anuales, pero a pesar de este esfuerzo, los salarios son de los más bajos a nivel mundial.
Sin embargo, la discusión en la Cámara de Diputados ha sido compleja, con legisladores de diversas fracciones argumentando que la reforma podría poner en riesgo a los empresarios. Frente a la presión de la iniciativa privada y de sindicatos para que se realice un análisis más exhaustivo, el Gobierno federal, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha prometido un enfoque gradual para implementar esta reforma.
Por otro lado, Rodrigo Cordera, consejero nacional del partido Movimiento Ciudadano, enfatiza la necesidad de discutir esta propuesta desde un enfoque de derechos humanos y laborales, destacando que hay un rezago de más de 50 años en este ámbito. Cordera sostiene que es fundamental lograr un equilibrio entre la vida personal y el trabajo, subrayando la importancia del tiempo de descanso para la salud física y mental.
La resistencia a esta propuesta se ha intensificado, especialmente entre los diputados de Morena, quienes, a pesar de ser mayoría en el Congreso, están llamados a reconsiderar su posición y apoyar una iniciativa que busca mejorar el tiempo de ocio y descanso para los trabajadores. Una de las principales quejas en el debate es que, aunque la jornada laboral promedio es de ocho horas diarias, muchos asalariados trabajan 10 o más horas al día.
Con información de Índigo
*ARD