Tras ser liberada recientemente el 30 de noviembre, una joven franco-israelí de 21 años de edad secuestrada por la organización terrorista Hamas narró su dramático testimonio y “la única razón” por la que, el hombre que la vigiló en su cautiverio no la violó.
De acuerdo con Mia Schem iba a un festival de música en el sur de Israel, cuando los milicianos de Hamás irrumpieron en el lugar el pasado 7 de octubre, donde más de 300 personas perdieron la vida y decenas de ellas fueron tomadas como rehenes.
Por lo que, durante una entrevista transmitida por el Canal 13 de la televisión israelí, Schem contó que fue capturada tras salir del auto en llamas de su amigo, cuando su captor empezó a tocaler la parte superior del cuerpo y solo se detuvo cuando ella le gritó, dándose cuenta de que había recibido un disparo en el brazo y estaba herida.
“Empecé a gritar, a volverme loca”, dijo. “Había vehículos quemados, cadáveres”.
En su cautiverio permaneció retenida en una casa con una familia y vigilada las 24 horas del día por el padre, indicó. Además, que las constantes miradas del hombre la hacían sentirse incómoda y con miedo de que intentara hacerle daño.
“Su esposa estaba fuera de la habitación con los niños”, precisó la joven, y agregó: "Esa fue la única razón por la que no me violó”.
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Asimismo, reveló que la esposa del hombre no le simpatizaba y a veces le negaba la comida durante varios días seguido.
El relato de Schem se suma a la afirmación de las autoridades israelíes, que precisaron que la violencia sexual fue parte de la incursión de Hamas en el sur de Israel y dejaron a la comunidad internacional de restarle importancia o ignorar el dolor de las víctimas.
Cabe resaltar que, Schem ganó gran notoriedad en los medios cuando Hamas difundió un video de ella en cautiverio días después de ser tomada como rehén, donde aparece acostada en cama mientras alguien le venda el brazo derecho y ella le dice que quiere volver a casa, en aquel momento, fue la primera señal de vida de los rehenes.
Asimismo, la joven indicó que apenas durmió mientras estuvo retenida porque estaba aterrorizada y que tampoco se duchó ni recibió medicamentos, además, dijo que los hijos de su captor entraban de vez en cuando a mirarla, “como si fuera un animal de zoológico”.
Por lo que, los últimos días de cautiverio los pasó en un túnel, donde la retuvieron con otros rehenes, sin saber si pronto la liberarían.
Por otro lado, resaltó que la mantenían con seis o siete personas en una habitación pequeña y que solo recibía un trozo de pan árabe al día, por lo que se siente culpable por los otros rehenes que dejó atrás.
Por último, la joven rompió en llanto durante la entrevista cuando afirmó que aún le cuesta asimilar su regreso mientras procesa la terrible experiencia que vivió, “no puedo quitármelo de la cabeza”, concluyó.
Con información de El Clarín
*ARD